En un editorial publicado en diciembre de 2023, el director de la revista Science, H. Holden Thorp, miraba hacia el año que comienza con preocupación por el futuro de la ciencia. Desde el brote de la pandemia de COVID-19, la confianza de los estadounidenses en la ciencia se ha reducido 16 puntos hasta el 57%; crecen las creencias conspirativas y anticientíficas, Argentina tiene un nuevo presidente que hizo campaña por desmantelar la principal institución científica de su país, y EEUU se enfrenta a unas elecciones que podría ganar de nuevo Donald Trump, cuyo anterior mandato dejó una huella muy negativa en la ciencia de la primera potencia. Bajo estas grandes incógnitas, repasamos aquí algunas previsiones que podrían marcar hitos de la ciencia en 2024.
Sigue la lucha por el clima
En el año que acaba de terminar, el más cálido desde que existen registros, nos hemos quedado a solo 4 centésimas de grado de alcanzar el límite inferior de calentamiento global establecido por el acuerdo de París de 2015, una media de temperatura anual de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Las previsiones para 2024 son alarmantes: los científicos estimaron ya hace años que en 2024 podríamos rebasar este límite, con la contribución del fenómeno de El Niño. Los expertos ya asumen que superar esta marca es inevitable, y que los esfuerzos deberán centrarse en minimizar la magnitud y duración de este exceso.
En este contexto, 2024 comenzará a poner a prueba el compromiso adquirido en la conferencia del clima COP28, celebrada en Dubái, de emprender la transición para prescindir de los combustibles fósiles. La cita de este año para la COP29 tendrá lugar en noviembre en Azerbaiyán, y entonces tendrá que valorarse el avance en las líneas propuestas el año pasado: triplicar la capacidad de las energías renovables, aumentar la eficiencia energética, recortar las emisiones de metano, reducir las del aire acondicionado, desplegar mayor financiación, corregir las irregularidades detectadas en los mercados voluntarios de compensación de emisiones, y definir los objetivos de rebaja de emisiones en la producción de alimentos.
Nuevas tecnologías contra enfermedades
En diciembre de 2023 Nature Medicine preguntaba a varios expertos sobre los ensayos clínicos más prometedores que nos esperan para el nuevo año. Entre lo más esperado figuran tecnologías novedosas. Si el pasado año se aprobaba la primera terapia con el sistema de edición genética CRISPR para tratar las células de la sangre ex vivo —fuera del cuerpo—, en 2024 estaremos pendientes de los resultados de un siguiente paso en esta línea, el primer ensayo de edición genética in vivo, para tratar la hipercolesterolemia familiar.
Otro ensayo aplica la Inteligencia Artificial (IA) al diagnóstico temprano del cáncer de pulmón, lo que podría reducir el plazo de detección a la mitad. También en 2024 conoceremos los avances en vacunas contra el VIH y la malaria, un tratamiento basado en células madre contra el párkinson, un fármaco contra la metástasis cerebral del cáncer de mama y una inmunoterapia contra el melanoma, entre otros ensayos.
Ojos al espacio
Sin duda la misión espacial más esperada no solo de 2024, sino del último medio siglo, será la Artemisa 2, que llevará a cuatro astronautas de la NASA —incluyendo una mujer y un hombre afroamericano— a sobrevolar la Luna, en el primer retorno tripulado al satélite terrestre desde el Apolo 17 en 1972. Será también la primera excursión del ser humano más allá de la órbita baja terrestre desde la cancelación del programa Apolo. La misión será el siguiente paso a la Artemisa 1, que en 2022 llevó una cápsula Orión sin tripulación a la órbita lunar. La NASA mantiene el objetivo de lanzar la misión en noviembre de 2024; sin embargo, analistas del sector sugieren que podría retrasarse si los daños sufridos por el escudo térmico de la Orión durante la Artemisa 1 obligaran a un rediseño sustancial.
Futuras misiones que deberán llevar de nuevo a los humanos al suelo lunar podrían también retrasarse respecto a los planes actuales dependiendo del progreso de las naves Starship de la compañía SpaceX del magnate Elon Musk, ya que Artemisa 3 utilizará una versión de esta nave para el alunizaje. Pero los dos intentos de vuelo orbital de la Starship en 2023 fracasaron, por lo que habrá que esperar los resultados de un nuevo lanzamiento anunciado para el primer trimestre de 2024. También en el campo de los operadores privados, la nave New Glenn de Blue Origin del magnate Jeff Bezos debería debutar por fin en la órbita terrestre.
Por lo demás, en el año que comienza no faltará actividad en el espacio. Aparte de Artemisa 2, la Luna será un objetivo preferente: varias sondas de la NASA, de las agencias espaciales de China y Japón y de compañías privadas tienen como meta nuestro satélite. Entre las misiones a otros destinos destaca la Europa Clipper de la NASA, con despegue previsto para el 10 de octubre y que orbitará en torno a Júpiter para estudiar su luna Europa, uno de los mundos más prometedores del Sistema Solar para la posible existencia de vida.
Incógnitas de la IA
Herramientas como ChatGPT han popularizado el uso de la IA, que ya utilizábamos sin saberlo en múltiples aplicaciones, pero que han cruzado la barrera hacia los usos más recreativos. En 2024 tendremos GPT-5, una nueva iteración del famoso sistema, que tendrá que competir con el nuevo Gemini de Google, sobre el que se anuncian grandes capacidades multimodales para convertir cualquier clase de input en cualquier clase de output. Pero mientras los sistemas de IA continúan avanzando y se teme su explotación ilícita, las regulaciones comienzan a tomar forma: después del paso pionero de la Unión Europea, en 2024 se espera la publicación de las directrices generales de Naciones Unidas, que deberían servir como marco para una regulación internacional.
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