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14 mayo 2024

El físico teórico que se ha hecho a la mar para rastrear microplásticos

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Enrico Ser-Giacomi, investigador del IFISC (CSIC-UIB), se embarcó con el velista profesional Alberto Riva para ayudar a entender el papel de las corrientes oceánicas en la distribución de microplásticos en el canal de Ibiza (Mediterráneo). También ha desarrollado modelos sobre cómo se forman las comunidades de plancton. Utiliza la teoría de redes y los métodos Lagrangianos para estudiar la interacción entre los factores físicos, ambientales y biológicos.

Enrico Ser-Giacomi es investigador del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, IFISC (CSIC-UIB), especialista en dinámica de fluidos y ecología marina. Crédito: Enrico Ser-Giacomi.

El currículo de Enrico Ser-Giacomi (Perugia, 1986) se le sale por las costuras a cualquier intento de cliché o etiqueta. Tras cursar el bachillerato clásico (uno de los seis que ofrece el sistema educativo italiano), con latín, griego y filosofía, se metió en un grado en Física, un máster en Física Teórica y una tesis en Teoría de cuerdas. Hizo el doctorado en el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, IFISC (CSIC-UIB), en Mallorca, especializándose en dinámica de fluidos y ecología marina. Hace unos meses abrochó su faceta investigadora a su pasión por navegar, que viene de antes (empezó a los cuatro años, con su padre), embarcándose con el velista profesional y patrón de un navío de competición Alberto Riva para ayudar a entender el papel de las corrientes oceánicas en la distribución de microplásticos en el Mediterráneo. Han llamado a su colaboración Scheria-Med Sea, en honor a una mítica isla griega de La Odisea. Todo un guiño a la formación clásica del italiano.

“Liberamos seis boyas en el canal de Ibiza para recabar datos de la zona, que suponemos relevante, porque se encuentra entre dos ciudades grandes [la propia Ibiza y Alicante] y hay corrientes fuertes”, cuenta Ser-Giacomi. Lo considera un prólogo, “un granito de arena” añadido a la campaña oceanográfica que tendrá lugar en este trozo de mar en verano, con un buque científico del CSIC.

“Por la cantidad de plástico que tiramos, deberíamos ver muchísimo más en la superficie. Si una parte se hunde y se transforma, es importante comprender cómo lo hace, y qué ocurre con él”

El objetivo es caracterizar de forma tridimensional este tramo de mar, con un muestreo de microplásticos, señala el investigador. “Por la cantidad de plástico que tiramos, deberíamos ver muchísimo más en la superficie”, argumenta. “Sin embargo, la mayoría de datos de concentración de microplásticos son de la superficie”. Existe mucha menos información de cómo se reparten en la vertical, en toda la columna de agua, cómo cambia su flotabilidad, se mueven en la vertical, se hunden. Si una parte se hunde y se transforma, es importante comprender cómo, y en qué. “El microplástico se coloniza de algas y materia biológica, y cambia sus propiedades. Tenemos que saber qué pasa”, insiste.

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Hace unos meses se embarcó con el velista profesional Alberto Riva para ayudar a entender el papel de las corrientes oceánicas en la distribución de microplásticos en el Mediterráneo. Crédito: Enrico Ser-Giacomi.

Su abordaje se basa en la perspectiva Lagrangiana. “Es mi manera de describir la física; desde el punto de vista de un sistema fluido, sería intentar modelar la dinámica siguiendo partículas y masas de agua en el tiempo y el espacio”, explica. Y en la teoría de redes, que lleva años utilizando para investigar cómo regiones diferentes del océano están conectadas por corrientes marinas. Así se podría explorar, por ejemplo, el flujo de plástico en el Mediterráneo. Con estos mimbres, durante su estancia postdoctoral en el Massachusetts Institute of Technology, MIT, en Boston, Ser-Giacomi desarrolló modelos sobre cómo se forman las comunidades de plancton, que juega un rol crucial en el almacenamiento de carbono, el clima global y la función ecosistémica. Su trabajo ha sido publicado en la revista científica Nature Communications

“Recomiendo a los jóvenes que quieran dedicarse a la investigación que empiecen un doctorado, para probar, y que elijan muy bien a un supervisor que de verdad quiera dedicarles tiempo y esfuerzo”

Él se considera un teórico que sigue haciendo sus cuentas en papel y sus simulaciones en el ordenador; pero uno en el límite con la biología y la ecología, inmerso en la tarea de comprender la interacción entre los factores físicos, ambientales y biológicos. Reconoce que en esa vida de físico en la frontera cuesta entenderse con otros investigadores en ciencias de la vida —”Tenemos formaciones diferentes; hablamos idiomas distintos”—pero que es muy bonito cuando, entre todos, son capaces de construir un diccionario común que les permite comunicarse. Cree que la clave radica en las ganas y en la humildad de las partes.

Durante su estancia en el MIT, desarrolló modelos sobre cómo se forman las comunidades de plancton, que juega un rol crucial en el almacenamiento de carbono, el clima global y la función ecosistémica. Crédito: Enrico Ser-Giacomi.

Previo a su post-doc en el MIT, Ser-Giacomi realizó otros dos, en París, en la Escuela Normal Superior de París, ENS, y en la Sorbona. Está de vuelta en el IFISC, con una ayuda Beatriz Galindo para atraer talento investigador a España, y allí espera estabilizar su plaza. “Una carrera investigadora supone un recorrido más largo, te tienes que formar más; la perspectiva de estabilizarse llega después que en otros trabajos”, advierte. A cambio, se viaja bastante (cosa que a él le parece enriquecedor), sobre todo en los primeros años, y puedes organizarte el tiempo a tu conveniencia. “No te haces rico, tampoco pobre”, según su experiencia. Recomienda a los jóvenes “empezar un doctorado, para probar, y elegir muy bien al supervisor, que sepa lo que hace y que de verdad quiera dedicarte tiempo y esfuerzo”. Ha visto ejemplos de “gente que contrata doctorandos como mano de obra para que les hagan los papers“, y eso le entristece. 

“En 3º de Física entendí que lo que de verdad me gustaba eran las cuentas y analíticas, y que tenía que dedicarle mucho tiempo, de forma muy perfeccionista. Creo que ahí maduré lo suficiente para tener más paciencia y tolerancia a la frustración”

Dice Ser-Giacomi que cada época tiene sus grandes preocupaciones, y que la actual está marcada por el cambio climático y la sostenibilidad. En este punto defiende que hay que seguir a la ciencia en cuestiones climáticas, y eso va tanto para los negacionistas como para “los catastrofistas”, como los llama.

Entre otros proyectos, el investigador planea continuar su colaboración con Alberto Riva y convertir el velero en un laboratorio flotante donde realizar medidas físicas, biológicas y químicas, también en el Atlántico. Crédito: Carmen Martínez Torrón / Getty Images.

El investigador tiene varios proyectos en marcha, entre ellos, continuar su colaboración con Alberto Riva. “El barco se encuentra ahora mismo en el Caribe, después de haber cruzado el Atlántico en regata; volverá este verano”, anuncia. En el corto plazo, les gustaría recoger muestras de plancton. Más lejano en el horizonte, la idea es convertir el velero en un laboratorio flotante donde realizar medidas físicas, biológicas y químicas, no solo en el Mediterráneo. “Nos gustaría organizar un Scheria-Atlantic Sea”, avanza.

Elena S. García

 

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