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11 junio 2024

¿Por qué los animales nos atacan?

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El 12 de mayo de 2024 los dos pasajeros del velero de 15 metros Alboran Cognac, que navegaba por aguas del estrecho de Gibraltar entre España y Marruecos, sintieron golpes en el casco y en el timón, hasta que el agua comenzó a invadir la embarcación. Un grupo de orcas estaba atacando la nave. Los dos ocupantes fueron rescatados por un petrolero, pero el velero se hundió. El incidente fue uno más de muchos ocurridos desde 2020 en el mismo lugar, atribuidos a un grupo de unas 15 orcas denominado Gladis. 

El público reacciona a estos sucesos con explicaciones basadas en términos morales, la venganza de la naturaleza contra la maldad del ser humano, aunque biológicamente esto no tiene sentido. Las orcas son un ejemplo más, pero existen infinidad de casos históricos de ataques no provocados de animales a humanos. ¿Por qué se producen? ¿Hay causas comunes?

Tiburones, ¿animales de riesgo?

Hay casos en los que el propósito de los animales que atacan a los humanos no parece otro que alimentarse. Estos sucesos son más raros de lo que suele creerse. Por ejemplo, muchos bañistas temen los ataques de tiburón, un miedo impreso en nuestra cultura a través del cine desde la imperecedera Jaws de Steven Spielberg en 1975. Sin embargo, y según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones (ISAF, en inglés), una base de datos que mantiene Gavin Naylor en el Museo de Historia Natural de Florida, en 2023 se produjeron en todo el mundo 69 mordeduras de tiburón no provocadas y 22 provocadas, con 14 víctimas mortales.

Suele asumirse que los humanos somos presas fáciles para los carnívoros viejos o enfermos, también hay casos de animales jóvenes que se convierten en devoradores de humanos. Crédito: brandstaetter images / Hulton Archive/ Getty Images

Teniendo en cuenta que cada año cientos de millones de personas, quizá miles, se bañan en el mar, no parece que los tiburones sean un riesgo común, sino una rarísima lotería. Pero ¿realmente los escualos que nos atacan lo hacen para alimentarse? Tradicionalmente se ha dicho que nos confunden con focas (pinnípedos), lo cual apoyaría la hipótesis, ya que estos animales son las presas favoritas de tiburones como el gran blanco. Pero no parece haber una respuesta definitiva. En 2021 un estudio mostró que la visión de un escualo confundiría fácilmente un humano en una tabla de surf con un pinnípedo. Por el contrario, otros expertos defienden que la motivación es un simple comportamiento exploratorio ante algo extraño.

Si la finalidad fuese el alimento, sería lógico que los ataques hubieran disminuido drásticamente en las últimas décadas, dado que las poblaciones de tiburones han caído en picado. Pero no es el caso: según el ISAF, hay fluctuaciones anuales que se mantienen en torno a unos ciertos valores. Como Naylor señalaba a OpenMind, la incidencia de los ataques no depende del número de tiburones, sino de la presencia de los humanos en el mar.

Mitos sobre animales devoradores de humanos

Lo cual lleva a la raíz de muchos ataques: las interacciones entre humanos y animales, más frecuentes a causa de ciertas circunstancias. Por ejemplo, el cambio climático reduce la extensión de los hielos flotantes árticos en verano, lo que dificulta la caza de focas a los osos polares. Como consecuencia, estos animales rebuscan en la basura de las zonas habitadas, lo que aumenta sus interacciones con los humanos y resulta en un mayor número de ataques

BBVA-OpenMind-Yanes-Por que los animales nos atacan_2 Según el ISAF en 2023 se produjeron en todo el mundo 69 mordeduras de tiburón no provocadas y 22 provocadas, con 14 víctimas mortales. Crédito: PETER PARKS / Getty Images.
Según el ISAF en 2023 se produjeron en todo el mundo 69 mordeduras de tiburón no provocadas y 22 provocadas, con 14 víctimas mortales. Crédito: PETER PARKS / Getty Images.

Para el Grupo de Especialistas en Conflictos y Coexistencia Humano-Vida Silvestre de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), “los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre son cada vez más frecuentes, graves y generalizados a medida que crecen las poblaciones humanas y se pierden hábitats”. Según un estudio de 2023, este es “uno de los retos globales más acuciantes del desarrollo sostenible”, que afecta en mayor medida a los países en desarrollo.

Pero dejando aparte estos casos más explicables, un mito sobre los animales devoradores de humanos que data de la edad clásica de las exploraciones sugiere que los animales que han probado la carne humana volverán a buscarla una y otra vez. La película de 1996 Los demonios de la noche popularizó el caso de dos leones que en 1898 acosaron repetidamente un campamento de construcción del ferrocarril en la región de Tsavo, en la actual Kenia. Aquellos leones, bautizados como El Fantasma y La Oscuridad, devoraron al menos a 35 trabajadores. 

¿Una cuestión de imitación?

En 2017 un estudio de los restos de los leones mostró que tal vez fueron sus dientes enfermos lo que los llevó a buscar presas fáciles como los humanos. Un caso similar pudo ser el del llamado tigre de Champawat, al que se le atribuyen 436 muertes humanas en India y Nepal a comienzos del siglo XX. Cuando el célebre cazador Jim Corbett lo abatió en 1907, notificó también que sus dientes estaban dañados.

Los animales rebuscan en la basura de las zonas habitadas, lo que aumenta sus interacciones con los humanos y resulta en un mayor número de ataques. Crédito: Anadolu / Getty Images.

Así pues, ¿es solo una leyenda que algunos depredadores desarrollen un gusto especial por la carne humana? No parece verosímil que los carnívoros cacen por el sabor de la carne, y sin embargo un experto del Departamento de Parques Nacionales de Nepal contaba a la NBC que la sangre humana es más salada que la de otros animales y por lo tanto más apetecible. Y aunque suele asumirse que los humanos somos presas fáciles para los carnívoros viejos o enfermos, también hay casos de animales jóvenes que se convierten en devoradores de humanos. Según los científicos, los leones pueden inculcar la conducta de atacar a humanos a su descendencia, transmitiéndola a la siguiente generación.

Los expertos apuntan que la imitación podría explicar también los ataques de las orcas en el estrecho de Gibraltar. Pero ¿imitación de qué? ¿Es un simple juego, o el recuerdo de una mala experiencia pasada? Esta es una pregunta aún sin una respuesta definitiva.

 

Javier Yanes

Crédito imagen principal: Education Images / Universal Images Group Editorial/ Getty Images.

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