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22 diciembre 2020

Por qué no tenemos una definición de la vida, ni la necesitamos

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Quien haya sentido la curiosidad de saber cómo se define la vida en el diccionario, difícilmente se habrá llevado una idea clara: para el de inglés de Cambridge, la vida es “la cualidad que hace a las personas, animales y plantas diferentes de los objetos, sustancias y cosas que están muertas”; el diccionario de la Real Academia Española, el oficial del castellano, habla de “fuerza o actividad esencial mediante la que obra el ser que la posee”. En otras palabras, ambos vienen a decir que vida es lo que tienen los seres vivos. Pero no debemos reprochar a los diccionarios esta carencia explicativa: aunque la vida cuenta desde hace más de dos siglos con su propia ciencia para estudiarla, la biología, posiblemente se trate de la única disciplina científica que ha sido incapaz de definir el objeto de su estudio; no existe una definición de la vida consensuada entre los biólogos. Lo cual plantea preguntas sin una respuesta clara: ¿están vivos los virus? Y si algún día encontramos vida en otros mundos, ¿sabremos reconocerla?

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Los niños suelen aprender en las escuelas que los seres vivos son organismos que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Fuente: Wikimedia

Definir la vida es un empeño tan antiguo como el pensamiento humano. Sin embargo, ya Aristóteles descubrió que no es un empeño sencillo. El filósofo griego no encontró una manera de reducir la definición de vida que no fuese apelando a aquello que poseen los seres vivos, que a su vez son los que poseen vida; una circularidad que hoy arrastran los diccionarios. Más de dos milenios después, no hemos salido de dudas. Hoy los niños suelen aprender en las escuelas que los seres vivos son organismos que nacen, crecen, se reproducen y mueren. Pero la realidad es mucho más complicada: el bioquímico Daniel Koshland recordaba cómo en un congreso científico alguien preguntó si un conejo por sí solo estaba muerto, ya que se requieren dos, macho y hembra, para adquirir la capacidad de reproducirse. Y ¿acaso alguien duda de que un incendio forestal puede nacer, crecer, reproducirse y morir?

Casos que desafían las definiciones

Sin llegar a ejemplos tan exóticos, hay casos en los dominios de la biología que desafían las definiciones. El modelo paradigmático son los virus, que carecen de algunos de los atributos básicos citados en definiciones clásicas: no tienen células ni metabolismo, y no pueden replicarse sin la maquinaria de las células que invaden. “Si preguntas a los biólogos si los virus están vivos, la mitad dirá que sí y la mitad dirá que no”, señala a OpenMind el científico planetario Charles Lineweaver, de la Australian National University. “Deberíamos dejar de asumir que sabemos qué es la vida”.

Koshland fue uno de los científicos que aportaron su definición de la vida, basada en siete pilares que formaban el acrónimo PICERAS: programa, improvisación, compartimentación, energía, regeneración, adaptabilidad y aislamiento (seclusion en inglés). Una descripción compleja que se une a las más de cien definiciones aportadas a lo largo del tiempo, y que el biofísico molecular Edward Trifonov reunió y analizó para tratar de extraer de todas ellas un mínimo común múltiplo: “La vida es autorreproducción con variaciones”, escribía, entendiendo por variaciones los cambios sobre los que actúa la evolución biológica.

La capacidad de evolucionar es, de hecho, una característica citada a menudo para definir esencialmente la vida. Según la división de astrobiología de la NASA, “la vida es un sistema químico autosostenido capaz de evolución darwiniana”. En la Universidad McMaster de Canadá, el biofísico Paul Higgs ha profundizado en esta idea estableciendo una gradualidad en la aparición de la vida entre la simple química, la evolución química –también darwiniana– y la evolución biológica, y situando entre estas dos últimas la frontera entre la no-vida y la vida. “Pienso que mi definición de la evolución biológica incluiría a los virus”, apunta Higgs a OpenMind. “Son claramente capaces de evolucionar”, añade. “El argumento usual para no contarlos como vivos es que dependen de células hospedadoras para la replicación y la expresión génica, pero esto siempre me ha parecido secundario. Es como decir que un predador no está vivo porque depende de la presencia de sus presas”.

¿Están vivos los virus?

Para Higgs, el hecho de que los virus no cuenten con todo el instrumental necesario para replicarse no los descalifica como seres vivos, sino que simplemente revela un proceso evolutivo acaecido en los albores de la vida, cuando las células aún eran solo protocélulas, y mediante el cual los componentes necesarios podían aparecer en una sola protocélula o distribuirse entre varias distintas de modo que se requiriese la fusión entre dos de ellas para reunir todas las piezas precisas. “Así, los virus serían como protocélulas a las que les faltan componentes”, resume.

BBVA-OpenMind-Materia-definición de la vida-que es la vida 3-Virus de la gripe. Crédito: Cynthia Goldsmith
Virus de la gripe. Crédito: Cynthia Goldsmith

“En lo que respecta a los virus, que uno piense si están vivos o no depende de si se tiene en cuenta la evolución darwiniana o el metabolismo bioquímico como características definitorias de la vida; los virus están vivos según lo primero pero no lo segundo”, expone a OpenMind la filósofa Carol Cleland, de la Universidad de Colorado y el Instituto de Astrobiología de la NASA. Curiosamente, esta dualidad se invierte en otro de los casos que para los científicos complican la tarea de definir la vida, y es la posibilidad de hallar seres alienígenas tan diferentes de los organismos terrestres que invaliden todas nuestras definiciones: “Los virus evolucionan, pero solo metabolizan usando maquinaria celular, mientras que la detección de vida a menudo solo puede inferir un metabolismo, pero no evolución”, explica a OpenMind el filósofo de la biología Carlos Mariscal, de la Universidad de Nevada. “Ambos son similares a la vida como la conocemos, pero por razones opuestas”.

Abandonar el ‘definicionismo’

Este es uno de los argumentos que, en opinión de Mariscal, ilustran por qué debería abandonarse el definicionismo y poner fin al debate. “Las características que algunos científicos contemplan como esenciales de la vida son precisamente las que otros ven como menos importantes o interesantes”. Para Cleland, continuar tratando de definir la vida es un error, ya que esto no nos dice nada sobre la naturaleza de la vida, sino solo sobre el significado de una palabra. La filósofa aduce que, en su lugar, lo que necesitamos es una teoría general sobre los sistemas vivos. Lo que ocurre, añade, es que para ello necesitaríamos más de un ejemplo de vida. Y aún no lo tenemos: “La vida en la Tierra representa un único ejemplo de vida, descendiente de un origen común”, dice. “No podemos distinguir qué características de un solo ejemplo de vida son realmente universales y cuáles no lo son; una definición basada en la vida terrestre dejaría fuera formas de vida muy diferentes en otros mundos”.

BBVA-OpenMind-Materia-definición de la vida-que es la vida 4-La Inteligencia Artificial (IA) y los robots parecen cada vez más vivos. Fuente: Piqsels
La Inteligencia Artificial (IA) y los robots parecen cada vez más vivos. Fuente: Piqsels

De hecho, el asunto aún puede complicarse más a medida que el avance de las tecnologías nos acerca a ese momento, tantas veces retratado en la ficción, en que la Inteligencia Artificial (IA) y los robots –en especial, quizá, los robots biohíbridos– nos parezcan cada vez más vivos. Higgs precisa que tanto su definición como la de la NASA solo se refieren a sistemas químicos, por lo que “la IA y los robots están excluidos”. Sin embargo, aclara que en el fondo esto es solo una elección: “No implica que la IA y los robots no puedan ser autorreplicativos en algún momento, y en ese momento podríamos decidir considerarlos formas de vida”. Cleland considera que discutir ahora este extremo es prematuro, dado que no podemos definir la vida, aunque añade: “Mi sospecha es que los virus están vivos, pero que las simulaciones computacionales y los robots no son más vida de lo que las simulaciones computacionales de los huracanes son verdaderos huracanes”.

En definitiva, la definición de la vida, ni existe, ni se la espera. Pero según los expertos esto no es una carencia, sino al contrario: para Mariscal, “este desacuerdo es fructífero; significa que no habrá ningún dogma científico rígido que deje fuera todos los posibles casos de vida”. Y añade Higgs, “esto deja mucha libertad”. 

Javier Yanes

@yanes68

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