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09 mayo 2024

¿Puede la ciencia salvar nuestros arrecifes de coral?

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Nuestro planeta se encuentra actualmente en medio de otro episodio masivo de blanqueamiento de corales, el cuarto en tres décadas, debido a que el aumento de las temperaturas oceánicas provoca el blanqueamiento de los corales en las tres principales cuencas oceánicas, según el Observatorio de Arrecifes de Coral (Coral Reef Watch) de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration). Se espera que este evento supere la escala y la gravedad del episodio anterior de 2014-2017, que fue el peor registrado. La pérdida acelerada de los arrecifes de coral del mundo proyecta una sombra ominosa sobre el futuro de nuestro planeta. Los corales han habitado nuestros océanos desde antes de la época de los dinosaurios, y actúan como criaderos de una cuarta parte de toda la vida marina, pero corren el riesgo de convertirse en una de las primeras y más importantes víctimas ecológicas del calentamiento global. Si se mantienen las tendencias actuales de calentamiento y acidificación de los océanos, la mayoría de los arrecifes de coral del mundo podrían extinguirse en 2050, si no antes. Sin embargo, en medio del pesimismo, los investigadores mantienen una determinación inquebrantable por encontrar soluciones.

¿Qué son los corales?

A menudo confundidos con plantas, los corales son, en realidad, animales emparentados con las anémonas de mar o las medusas. Cada colonia de coral está formada por cientos o miles de diminutos animales llamados pólipos, todos ellos genéticamente idénticos. Los pólipos utilizan el carbonato cálcico del agua de mar para construir estructuras con forma de copa que protejan sus frágiles cuerpos, y sus colonias pueden crecer hasta convertirse en las mayores estructuras biológicas de la Tierra, como la Gran Barrera de Coral de Australia

Si se mantienen las tendencias actuales de calentamiento y acidificación de los océanos, la mayoría de los arrecifes de coral del mundo podrían extinguirse en 2050, si no antes. Crédito: Alexis Rosenfeld / Getty Images.

Pero hay otro elemento clave. Unas diminutas algas marinas llamadas zooxanthellae o zooxantelas viven en los tejidos de los pólipos en una relación simbiótica mutuamente beneficiosa. El coral proporciona a las algas un entorno protegido y los compuestos que necesitan para realizar la fotosíntesis, como el dióxido de carbono; a cambio, las algas producen azúcares y otros materiales que los pólipos utilizan para el metabolismo, el crecimiento y la reproducción. Las algas también son las responsables de dotar a los corales de sus colores únicos.

Cuando el agua se calienta demasiado, las algas producen toxinas perjudiciales para sus huéspedes coralinos. Para sobrevivir, los pólipos expulsan las algas de sus tejidos, haciendo que el coral se vuelva completamente blanco, un proceso llamado blanqueamiento del coral. Aunque el coral blanqueado no está muerto, los pólipos empiezan a pasar hambre, ya que su principal fuente de energía ha desaparecido, y la colonia se vuelve susceptible a las enfermedades. Si las temperaturas bajan con la suficiente rapidez, las algas pueden recolonizar los pólipos y la colonia puede sobrevivir, aunque puede tardar años en volver a la normalidad.

¿Puede la ciencia restaurar los arrecifes dañados?

Muchas iniciativas de conservación tienen como objetivo restaurar los arrecifes dañados, pero destacan dos métodos. Uno es la clonación, en la que se cultivan microfragmentos de coral vivo en tanques en tierra antes de ser reintroducidos en el mar y fijados manualmente a los arrecifes dañados. Este método rápido, liderado por David Vaughan, presidente de la Fundación Plant a Million Corals, en Florida, puede ser eficaz, pero es caro y laborioso, y los corales clonados no contribuyen a la diversidad genética de los arrecifes. 

BBVA-OpenMind-Larsen-Puede la ciencia salvar nuestros arrecifes de coral_2 Las diminutas algas marinas zooxanthellae viven en los tejidos de los pólipos coralinos en una relación simbiótica mutuamente beneficiosa. Crédito: Oxford Scientific /Getty Images.
Las diminutas algas marinas zooxanthellae viven en los tejidos de los pólipos coralinos en una relación simbiótica mutuamente beneficiosa. Crédito: Oxford Scientific /Getty Images.

La otra técnica innovadora, llamada Coral IVF (fecundación in vitro), consiste en capturar los óvulos y espermatozoides de coral liberados durante el desove, que se produce sólo durante unos días al año en un evento masivo sincronizado. En el laboratorio, mediante la reproducción asistida, se crean nuevos individuos genéticos, con la esperanza de que algunos sean más resistentes a las condiciones oceánicas cada vez más hostiles. Las larvas resultantes se adhieren a las unidades de siembra de hormigón, que se depositan en el lecho marino o se introducen en las grietas del arrecife una vez cubiertas de coral joven, o se dispersan directamente sobre un arrecife dañado y se cubren temporalmente para mantenerlas en su sitio y favorecer su adhesión. 

BBVA-OpenMind-Larsen-Puede la ciencia salvar nuestros arrecifes de coral_3 Mediante la clonación se cultivan microfragmentos de coral vivo en tanques en tierra antes de ser reintroducidos en el mar y fijados manualmente a los arrecifes dañados. Crédito: Joe Raedle / Getty Images.
Mediante la clonación se cultivan microfragmentos de coral vivo en tanques en tierra antes de ser reintroducidos en el mar y fijados manualmente a los arrecifes dañados. Crédito: Joe Raedle / Getty Images.

Otra línea de investigación activa consiste en modificar genéticamente los corales o las zooxantelas, o ambos simultáneamente, para hacerlos más tolerantes al calor. Se están llevando a cabo numerosas investigaciones, pero es probable que los avances sean lentos debido a la complejidad de la tarea. También preocupan los efectos no deseados de este proceso, por los que una modificación en una parte del genoma podría conllevar cambios desfavorables en otros genes implicados en el crecimiento, la reproducción o cualquier otro aspecto crucial para la relación simbiótica entre el coral y las algas.

¿Condenado al fracaso? 

Uno de los expertos que cree que los planes de restauración de arrecifes están condenados al fracaso es Terry Hughes, científico del Centro de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral del Consejo Australiano de Investigación de la Universidad James Cook. “Los proyectos de restauración son una distracción del verdadero trabajo necesario para salvar el arrecife”, afirma. “La idea de que la ciencia inteligente puede solucionarlo no tiene credibilidad. Estos proyectos son factibles, pero sólo a muy pequeña escala y a un alto coste. Tenemos que abordar la causa de fondo, que es el cambio climático”.

BBVA-OpenMind-Larsen-Puede la ciencia salvar nuestros arrecifes de coral_4 Los investigadores han conseguido congelar y revivir fragmentos de coral mediante un nuevo método denominado vitrificación isocórica. Crédito: Carolyn Cole / Los Angeles Time/ Getty Images.
Los investigadores han conseguido congelar y revivir fragmentos de coral mediante un nuevo método denominado vitrificación isocórica. Crédito: Carolyn Cole / Los Angeles Time/ Getty Images.

Si el profesor Hughes tiene razón en que los proyectos actuales de restauración de corales ofrecen falsas esperanzas, y a falta de avances significativos para frenar el cambio climático, ¿qué esperanza hay de salvar los corales amenazados del mundo? Tal vez sea necesaria una visión a más largo plazo. Un estudio publicado en agosto de 2023 en Nature Communications reveló un gran avance en las técnicas de crioconservación de corales. Los investigadores han conseguido congelar y revivir fragmentos de coral mediante un nuevo método denominado vitrificación isocórica. El proceso consiste en blanquear estratégicamente y sobre enfriar fragmentos de coral con nitrógeno líquido bajo presión extrema. Los investigadores afirman que sus hallazgos “allanan el camino hacia un enfoque que puede implementarse rápidamente en todo el mundo para asegurar la diversidad genética biológica de nuestros arrecifes de coral en vías de desaparición”.

Así pues, parece que para salvar los corales del mundo tenemos una alternativa: o reducimos drásticamente nuestras emisiones de carbono, o confiamos en el ingenio de científicos aún por nacer, y en una colección de latas de aluminio heladas, almacenadas durante décadas o quizá siglos, en biorrepositorios repartidos por todo el planeta, que contienen las últimas muestras restantes de material genético recogidas de los corales del mundo a punto de extinguirse, criogenizados a 196 °C bajo cero, a la espera de ser descongelados para repoblar los océanos del futuro. Pero esa esperanza descansa sobre hielo muy delgado.

Neil Larsen

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