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12 junio 2023

Rosalía de Castro y Emily Dickinson, poesia y naturaleza

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En las vidas y las obras de dos de las grandes poetisas de la literatura universal, Rosalia de Castro (23 de febrero de 1837-15 de julio de 1885) y Emily Dickinson (10 de diciembre de 1830-15 de mayo de 1885), hay una gran coincidencia: la inclusión de la naturaleza.

Rosalía de Castro

De Rosalía se sabe que recolectaba plantas y que algunas las prensaba. A nuestros días no ha llegado ninguno de tales “pliegos” del posible herbario realizado por ella. Pero  como se ha puesto de manifiesto en un estudio reciente 1 en toda su obra describe un herbario poético muy completo de su tierra gallega. Desde rosas a  trigo pasando por azucenas, lirios, violetas etc. y en árboles robles, castaños higueras etc. Un total de 543 citas de plantas en  sus 9 obras, destacando sobre todo las rosas-rosiñas con 147 citas. De hecho, ella misma decía que era “una rosa de sonrisa triste, que va dejando caer espinas”.

reador: María Cardarelly
María Rosalía Rita de Castro fue una poetisa y novelista española considerada entre los grandes poetas de la literatura española del siglo XIX. Creador: María Cardarelly

El análisis de tal “herbario” tiene varios puntos de interés científico en los tiempos que vivimos. En primer lugar por darle valor a plantas silvestres-toxos, parietarias, beleños…-más allá de las ornamentales o cultivadas. Y, sobre todo,  por la defensa de los árboles de los paisajes gallegos oponíéndose a su tala. También  por la ausencia de algunas plantas que ahora son frecuentes en Galicia. Por ejemplo, no cita las camelias tan omnipresentes ahora en Galicia, y que han llegado allí después de la muerte de la gran poetisa. Pese a esta ausencia, el nombre de Rosalía ahora está asociado a una nueva variedad de camelia-un híbrido de origen portugués. Y asimismo existen algunos árboles famosos-por ejemplo el roble de Conxo en Santiago de Compostela, segundo árbol europeo del año 2022, y una higuera en el jardín de su Casa Museo en Padrón-que se asocian también a ella, bien por haberlos defendido-el roble-o haberla, posiblemente, plantado ella-la higuera.

Además  Rosalía,  sobre todo en Follas Novas, junto a  las plantas mencionó otros elementos de la naturaleza gallega  como la lluvia, la niebla, fuentes, regatos, el mar… y muchos animales: jilgueros, gorriones, grillos, lobos, zorros, ovejas, perros, gatos etc. Todos ellos utilizados como símbolos o por su poder sugeridor. Así los gorriones de los caminos como sugerencia de lo agreste. 

a Camelia Japónica en Galicia tiene nombre de poetisa desde 1968, cuando el Vivero Moreira da Silva la creó en honor a Rosalía y la donó a su Casa Museo
La Camelia Japónica en Galicia tiene el nombre de la poetisa desde 1968, cuando el Vivero Moreira da Silva la creó en honor a Rosalía y la donó a su Casa Museo.

 El nombre de Rosalía ha llegado aún más lejos de “nuestra” naturaleza, ha llegado a las estrellas. Así recientemente se ha bautizado con su nombre una estrella y  a un planeta que gira a su alrededor se le ha llamado rio Sar,  el rio que figura en el título de una de sus obras. Ambos se localizan en la constelación de Ofiuco a 240 millones de años luz de la Tierra. Para la estrella  se reconoce que en una  de sus poesías habla de una “roxa estela” que apareció-¿sería Marte muy luminoso?- cuando ella nació.

Emily Dickinson

La presencia de la naturaleza en la vida y obra de la gran poetisa norteamericana es aún más extensa y profunda. En primer lugar porque en su juventud  en  su  colegio de Amehrst (Massachusetts)  tuvo una sólida  formación en  ciencias de la naturaleza como  botánica, zoología, geología, astronomía etc. Y luego, cuando, tras una corta estancia en un seminario, se recluyó en su casa natal siguió en contacto con los avances científicos en estos campos por la lectura de prensa y libros. Todo ello se vio reflejado en que en los casi 1800 poemas y  los cientos de cartas que se publicaron después de su muerte aparecen por todos lados plantas, animales,  estrellas, volcanes…

Wikimedia Commons
Emily Elizabeth Dickinson fue una poetisa estadounidense, ​su poesía apasionada la ha colocado en el reducido panteón de poetas fundamentales de su país. Wikimedia Commons

El primer indicio que tenemos de su gran interés por las plantas lo constituye el herbario que realizó con 14 años y que ha llegado hasta nuestros días estando depositado en la universidad de Harvard donde se ha digitalizado y está accesible por la red2. En él incluyó más de 400 plantas unas cultivadas –tenía un jardín que cuidaba-y otras de la naturaleza de la zona  donde nació y vivió. Aunque no es totalmente aprovechable desde el punto de vista científico pues a algunos pliegos les faltan algunas partes para poder analizarlos completamente o no figura el sitio concreto donde las recolectó, es destacable que la mayoría estén identificados con sus nombres científicos linneanos lo que indica su buena formación  como naturalista. También  ha servido para poner de manifiesto cómo han variado con el tiempo algunas de las plantas que incluyó. E incluso para poner de manifiesto cómo han desparecido otras de la vegetación de las zona.

 Siguiendo con las plantas, a Emily le gustaban mucho las rosas, como a Rosalía, pero como ella reconocía su existencia se puede asociar a otra planta. Se trata de la llamada “pipa de indio” que es de color blanco inmaculado,  difícil de ver,  de aspecto fantasmagórico y que crece en lugares sombríos aprovechando aparentemente-así se creía entonces- la materia orgánica en descomposición. Y allí crece como ella dice como “la planta preferida de la vida” que surge de lo muerto. Emily en su reclusión  vistió también de blanco inmaculado y casi no se dejaba ver teniendo apariciones fantasmagóricas.

La pipa de indio es una planta totalmente blanca. Esto se debe a que no tiene clorofila para que haya una pigmentación verde. No realiza la fotosíntesis. Es, por lo tanto, una planta parásita que se alimenta de los nutrientes de las raíces de otras plantas vecinas. Al no necesitar de la energía solar para crecer, puede aparecer en lugares más oscuros.
La pipa de indio es una planta totalmente blanca debido  a que no tiene clorofila. No realiza la fotosíntesis y es una planta parásita que se alimenta de los nutrientes de las raíces de otras plantas vecinas. Al no necesitar de la energía solar para crecer, puede aparecer en lugares más oscuros.

 La investigación que desde entonces se ha realizado en esta planta, Monotropa uniflora, ha puesto de manifiesto que  no se” alimenta” de restos orgánicos (en biología  si así fuese se diría que es saprofita) sino que en realidad  es parásita de los hongos del suelo- las micorrizas-que a su vez viven en simbiosis con las raíces de las plantas. Recientemente se ha determinado que la pérdida de su color es debida a que en los cromosomas de sus cloroplastos se ha perdido la información genética para sintetizar los pigmentos verdes que llevan a cabo la función clorofílica (3), algo que ya no necesitan pues obtienen su “alimento” de las micorrizas. 

Ya pasando directamente a sus poemas,  en muchos de ellos los animales y plantas que menciona lo son en plan simbólico, sin entrar en detalles.  Pero hay algún poema como el que trata de describir un colibrí en el que de un forma muy poética destaca muy bien  sus características: “Una ruta de Evanesc encia/con una Rueda giratoria-/Resonancia de Esmeralda/una Ráfaga de Cochinillla-/y cada Flor del Arbusto/arregla su desolada Cabeza/el Correo de Túnez-probablemente/un tranquilo Paseo Matutino.”  Genial. Y en relación con el problema de las especies de los organismos que menciona, en general  lo hace de forma  muy  “científica” como en  su herbario. Pero  a veces tiene un sesgo vulgar-regionalista- es decir de “andar por casa”, ella dice New Englandly, de Nueva Inglaterra, su región.  Por otro lado, en alguno de sus poemas   se adelanta a descubrimientos científicos recientes como el que  ha detectado  la comunicación que existe entre las plantas por la emisión de sonidos. Por ejemplo, en su poema  1098-ella no puso título a sus poemas que además escribió en trozos sueltos de papel y al publicarse se numeraron- describe cómo” Las hojas, como las mujeres, intercambian / astutas confidencias”.

Herbario de Emily Dickinson. Crédito: Houghton library
Herbario de Emily Dickinson. Crédito: Houghton Library

Asimismo Emily se apoyó en sus conocimientos científicos para tratar de mantener una posición como mínimo ecléctica entre la religión y la ciencia. Es sabido que durante su estancia en el colegio y, sobre todo, en el seminario se negó a unirse a la ola de fundamentalismo que entonces se extendía por EEUU. Por ello, cuando años después Darwin publicó su Origen de las especies (1859) y El Origen del  Hombre (1872), y ella los leyó directamente o en reseñas en los periódicos, nuestra poetisa  se vio reforzada en su posición. Además en un medio familiar y de amistades proclives totalmente al creacionismo y en contra del evolucionismo. De hecho  en al menos tres cartas de esos años menciona directamente a Darwin como “la mente que ha robado la idea religiosa” y que Darwin “ha eliminado el Redentor”. Y al final sobre este problema tiene, por ejemplo, dos poemas muy definitorios: “ La Fe es un buen invento/ cuando los Caballeros ven/Pero los Microscopios ayudan/en caso de Emergencia”;  y ”Hay quien guarda el Sabbath yendo a la Iglesia /Yo lo guardo quedándome en casa/con un Tordo Arrocero por Corista/y un Manzano por Cúpula.”

Finalmente, mencionaremos que en algunos  otros poemas ella introdujo otros elementos de  la naturaleza como volcanes (por ejemplo, el  Teide y el Chimborazo, ambos visitados por Humboldt a quien debió de leer directa o indirectamente) o ”estrellas” (la Luna y las Perseidas, por ejemplo). Y aquí de nuevo la astronomía ha reconocido a Emily Dickinson, como a Rosalía,  poniendo su nombre a un cráter en Venus.

Manuel Ruiz Rejón

Notas

  1. López-Sández M, Fraga Vila, M.I., Fraga Vila, M (fotografía). 2022. O herbario de Rosalía. Fundación Rosalía de Castro.
  2. Emily Dickinson Herbarium. In Harvard Library Viewer.
  3. Ravin, N.V. 2016. The loss of photosynthetic patways in the plastid and nuclear geomes of ….Monotropa…16 (Suppl 2):238. BMC Plant Biology

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