¿Tenemos nuevas pruebas de vida alienígena?

Con el revuelo que han levantado distintas noticias relacionadas con los Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI, anteriormente conocidos como ovnis), el ruido mediático ha inducido a algunas personas a creer que hoy tenemos pruebas definitivas de ello, sobre todo cuando en las redes sociales hay quienes han proclamado que el gobierno de EEUU lo ha confirmado oficialmente. Pero ¿es así? ¿Tenemos hoy más pruebas que antes?

El fenómeno ovni se remonta a 1947, cuando el avistamiento del piloto Kenneth Arnold instauró la idea del platillo volante y se notificó el incidente de Roswell, la supuesta recuperación de una nave alienígena estrellada en Nuevo México, a lo que en los años 80 se añadió la presunta autopsia a un ser extraterrestre. Las proclamas sobre Roswell han sido repetidamente refutadas, y existen posibles explicaciones al avistamiento de Arnold. Pero el fenómeno de los FANI ha perdurado, con una legión de seguidores que han mantenido su rentabilidad en libros, programas de televisión, documentales y otros medios. Sin embargo y después de un pico de popularidad en los años 90 con series como Expediente X, a comienzos de este siglo el interés decayó para volver a repuntar en la década siguiente, en lo que ciertos expertos contemplan como un proceso cíclico de desencanto y reencantamiento.

Desclasificaciones y nuevas informaciones

Hoy el fenómeno está de nuevo en la cresta de la ola, impulsado por declaraciones como la de la entonces candidata a la presidencia de EEUU Hillary Clinton, quien en 2016 afirmó que liberaría toda la información en poder del gobierno si llegaba a la Casa Blanca. Esto no ocurrió, pero al año siguiente se supo que el Pentágono aún mantenía un programa de investigación, que en 2020 se reconvirtió, de nuevo oficializado y con la promesa de nuevas revelaciones. Estas comenzaron a llegar con la desclasificación de grabaciones en vídeo —posteriormente rebatidas— e informes de avistamientos no explicados.

La implicación oficial renovada del gobierno de EEUU arrastró otras iniciativas, como el anuncio de la NASA en 2022 de la creación de un grupo de estudio. Dado el tradicional alejamiento de la agencia respecto a esta materia, la noticia fue recibida con expectación, pero a veces malinterpretada: la NASA declaró que su intención no era llegar a un veredicto sobre el origen alienígena de los FANI, sino sentar las bases de un método científico de estudio, como reiteró en su informe final en 2023.

También en 2023, un ufólogo presentó en el Congreso de México lo que decía eran momias alienígenas. La Universidad Nacional Autónoma de México desmintió sus afirmaciones, y los especímenes presentados resultaron ser iguales a otros previos, muñecos fabricados con huesos, fibras vegetales y pegamento. Otra fuente de revuelo en 2023 fueron las declaraciones de exmilitares de EEUU ante el Congreso, en especial las de David Grusch, antiguo oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea que habló de restos de FANI estrellados con restos biológicos no humanos en su interior. El Pentágono desmintió sus proclamas, pero sobre todo conviene aclarar que, si bien Grusch declaró bajo juramento, no dijo haber sido testigo directo de lo que afirmaba, sino que todo le había sido referido por terceras personas.

En resumen, el gobierno de EEUU no ha confirmado la existencia de naves alienígenas. Pero ¿tenemos más pruebas hoy que hace unos años? O al menos, ¿servirán este renacimiento del interés y esta nueva oficialización de las investigaciones para conocerlas, si existen?

Javier Yanes