“Siempre sobrestimamos el cambio a dos años vista y subestimamos el cambio a diez”.
Bill Gates
En las próximas décadas van a producirse grandes cambios, especialmente en materia de conducción, que van a suponer un antes y un después no ya sólo para el sector del automóvil, sino para cualquier vehículos que en la actualidad no pueda operar sin intervención humana. El auge de los vehículos autónomos en detrimento de los que requieren conducción humana, va a tener un impacto trascendental en nuestras vidas y en la sociedad. Hace cinco años, algunos expertos vaticinaban que, a estas alturas, el coche autónomo ya formaría parte del paisaje cotidiano de nuestras calles. Pero sin embargo, muchos de estos pronósticos siguen lejos de cumplirse, principalmente debido a una serie de accidentes que han acaparado mucha atención, negativa, por parte de los medios. Estos siniestros han planteado una serie de dudas con respecto al nivel de aceptación de estas tecnologías entre el público en general. La situación ha llegado hasta tal punto que ha obligado a los fabricantes de automóviles a replantearse sus cronogramas. Sin embargo, es probable que se trate de un revés temporal que se resolverá en el momento en el que se dé solución a otros problemas. A largo plazo, la adopción de esta tecnología se antoja inevitable. En este artículo, haremos un breve repaso de la situación y contratiempos actuales, y veremos algunas soluciones a los problemas de seguridad. Y terminaremos sacando la bola de cristal para tratar de adivinar cómo cambiarán estas máquinas nuestra relación con la conducción durante las próximas décadas. Pero antes, en el siguiente apartado vamos a comenzar con un breve resumen de los diferentes niveles de autonomía que ha definido la industria del automóvil.
Niveles de autonomía
n 2014, la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE) publicaba su escala de automatización, que contempla seis niveles: Se trata de una escala que va del 0 a 5, donde el nivel 0 se reserva para vehículos que dependen absolutamente del conductor, mientras que el nivel 5, por el contrario, indica una autonomía total en cualquier entorno. El resto de valores se utilizan para indicar niveles intermedios de autonomía
Nivel 0: Control humano.
El funcionamiento del automóvil depende totalmente del conductor humano. Aquí se incluye a automóviles equipados con diferentes dispositivos para advertir al conductor de situaciones concretas, como el nivel de combustible.
Nivel 1: Asistencia al conductor.
En este nivel, el automóvil incorpora tecnologías como el frenado autónomo de emergencia (AEB) o la regulación de velocidad, para asistir al conductor. Las tecnologías no pueden funcionar de manera simultánea.
Nivel 2: Automatización parcial.
El automóvil puede controlar al menos dos funciones automáticas de manera simultánea. Por ejemplo, sistemas autónomos de aceleración y dirección asistidas para ayudar al conductor. El conductor humano debe controlar el vehículo en todo momento.
Nivel 3: Autonomía condicional.
El vehículo es capaz de gestionar todas las funciones críticas de seguridad en determinadas condiciones, pero el conductor debe asumir el control cuando se produzca una alerta. El conductor debe permanecer atento incluso con el vehículo en modo autónomo.
Nivel 4: Autonomía predefinida.
El automóvil es totalmente autónomo en algunos escenarios de conducción, no en todos. El vehículo es totalmente autónomo en entornos predefinidos, sin requerir la intervención de un conductor humano.
Nivel 5: Totalmente autónomo.
El automóvil es completamente capaz de circular por sí solo en cualquier situación y en cualquier lugar, sin intervención de un conductor.
En la actualidad, existen varios modelos que ofrecen hasta un nivel 2 de autonomía de conducción. El Model 3 de Tesla incorpora una función llamada piloto automático que ofrece autonomía de nivel 3. Los modelos de Tesla incorporan esta funcionalidad de serie desde 2014 y el conductor puede activarlo en cualquier momento. El sistema que ya incorpora el Audi A8, sigue pendiente de aprobación para su uso en las carreteras de muchos países, y existe cierta incertidumbre sobre si llegará a comercializarse como nivel 3. El fabricante Ford está trabajando para lanzar su primer automóvil de nivel 4 de autonomía a finales de 2021. Todavía queda tiempo hasta que veamos automóviles con un nivel 5 de autonomía.
Actividad actual con vehículos autónomos
Cada año mueren cerca de 1,25 millones de personas en accidentes de tráfico, la mayoría provocados por errores humanos. La adopción generalizada del vehículo autónomo contribuirá a rebajar esta cifra sustancialmente. Además de los incentivos de seguridad, los vehículos autónomos generarán muchos otros beneficios para la sociedad y el medio ambiente. Aunque la tecnología de conducción autónoma sigue sin estar lista para una adopción generalizada, no existe duda alguna sobre su viabilidad. En la actualidad se están realizando pruebas de vehículos autónomos en largos recorridos, entornos urbanos y otros contextos de manera rutinaria. Empresas como Waymo, perteneciente al grupo matriz de Google, Alphabet, ya ha lanzado una flota de vehículos para brindar servicios de taxi. Sus coches autónomos acumulan más de 10 millones de millas por diferentes vías y han completado más de 100,000 trayectos en Arizona. Uber también ofrece servicios de taxi y compartidos, y está trabajando en muchos otros usos. La mayoría de los fabricantes de automóviles tradicionales está trabajando en el desarrollo de automóviles autónomos y es muy probable que comencemos a ver más y más vehículos de este tipo circulando por nuestras calles en las próximas décadas.
Reveses
A pesar de los grandes avances realizados hasta la fecha, los vehículos autónomos también se han visto involucrados en algunos accidentes. Uno de los que más atención acaparó en los medios tuvo lugar en Florida, EE. UU., cuando un Model 3 de Tesla, con un nivel 3 de autonomía se estrelló contra un camión de grandes dimensiones. El dueño del coche falleció en el accidente. Según la investigación, el siniestro se produjo por una combinación de incumplimiento del conductor del camión a la hora de ceder el paso al automóvil, que tenía preferencia, y la presunta falta de atención el conductor del Tesla, que había activado el modo piloto automático activado. El primer modelo de Tesla lanzado al mercado ya incorporaba una función opcional llamada “Piloto automático”, un modo de conducción autónoma que el conductor podía activar libremente y le permitía disfrutar de una experiencia de conducción más relajada. Sin embargo, Tesla siempre ha insistido en que, incluso cuando con el piloto automático activado, el conductor siempre debe permanecer atento y con las manos en el volante Con todo, la tasa de accidentes para este modelo de Tesla es mucho menor cuando se activa el piloto automático.
Sin embargo, es inevitable que los vehículos autónomos se vean involucrados en accidentes, y que los medios de comunicación les dediquen una atención desproporcionada frente a los accidentes de conductores humanos, debido a la curiosidad que despierta esta nueva tecnología. No faltarán quienes aseguren que, cuando al activar el modo automático en un automóvil, va a ser inevitable que el conductor se distraiga. Esto se debe a que, en estas circunstancias, los conductores tendemos a desconectar y a centrar nuestra atención en otras cosas. Esto significa que tendremos dificultades para evaluar el contexto lo suficientemente rápido como para reaccionar de una manera segura. Este tema se está convirtiendo en el talón de Aquiles de los automóviles totalmente autónomos, porque inevitablemente se van a encontrar con situaciones, puesto que sólo están capacitados para reaccionar en situaciones en base a experiencias que han aprendido. Al contrario que los coches autónomos, los humanos podemos recurrir al sentido común para afrontar nuevas experiencias. Por eso es tan complicado pasar del nivel 3 de autonomía: el conductor debe permanecer atento incluso cuando el automóvil está en modo de control autónomo. A pesar de lo inusuales que puedan ser estas situaciones, suponen un factor determinante en la adopción de estas tecnologías. Una solución para salir de esta situación de bloqueo puede ser el despliegue de las llamadas tecnologías 5G.
El lanzamiento de 5G
En la actualidad se está materializando una serie de avances tecnológicos, no ceñidos exclusivamente al sector del automóvil, que puede contribuir a incrementar la seguridad de la circulación autónoma en nuestras carreteras. El de las redes 5G es uno de los principales. Para muchos, apuntalar la seguridad de los vehículos autónomos pasa en gran medida por el 5G. Por ejemplo, en un artículo publicado en Forbes, Bijan Khosrave, aseguraba que “Los coches autónomos se van a convertir en una realidad, pero esto no va a suceder hasta que las redes de datos 5G sean omnipresentes”. En el mismo artículo, explica que las redes 4G actuales carecen de la capacidad de transmisión de datos para dotar a estos vehículos de la capacidad de prevenir accidentes similar a la que a los humanos nos ofrecen nuestros reflejos. Las redes 5G son permiten conexiones de banda ancha ultrarrápidas, y serán capaces de conectar sensores viales a Internet y aplicar tecnologías de inteligencia artificial para ayudar a acelerar la toma de decisiones en los automóviles garantizando una mayor seguridad. Esto implica que la instalación de sensores en las carreteras y la creación de una infraestructura de “carreteras inteligentes” contribuirá a impulsar la implantación del vehículo autónomo. Los sensores viales reducirán la carga de procesamiento en los sistemas que incorporen los vehículos, por lo que éstos no se verán obligados a gestionar tantas decisiones rápidas. Y este tipo de dispositivos puede, además, ayudar a evitar las interferencias que determinados materiales que se utilizan en el firme de las carreteras producen sobre el funcionamiento de los sensores que equipan los automóviles. Un funcionamiento que también puede verse afectado por los reflejos en las fachadas de los edificios y las condiciones climáticas. Los sensores viales también son menos susceptibles de verse afectados por los movimientos que los sensores de los automóviles. Esto implica que la clave para la adopción de la conducción autónoma reside en una combinación de tecnología 5G con el despliegue de infraestructuras de “vías inteligentes”. Sin embargo, el impacto del coronavirus junto con algunos desarrollos políticos amenazan con provocar un retraso de varios años en el despliegue de la tecnología 5G. Por ejemplo, en el Reino Unido se esperaba que el lanzamiento de 5G tuviera lugar en algún momento del 2025, mientras que ahora las fechas que se barajan son del año 2030 en adelante.
El probable aumento del uso de vehículos autónomos en nuestras carreteras
A corto plazo, el despliegue de la tecnología de conducción autónoma en aplicaciones nicho seguirá produciéndose de manera gradual. Su uso puede estar inicialmente limitado a tareas de tipo de servicio de lanzadera como taxis-cápsula en áreas urbanas de paso restringido. Algunos de estos sistemas ya están en uso. Por ejemplo, en la ciudad de Milton Keynes en el Reino Unido, ya se ha hecho una prueba de funcionamiento con unos 40 vehículos autónomos en el casco histórico. Y es muy probable que veamos el uso de este tipo de vehículos en otras aplicaciones de transporte a corto plazo. Waymo, la compañía de automóviles autónomos propiedad de la empresa matriz de Google, Alphabet, ha anunciado recientemente el lanzamiento de su servicio de taxi ampliado para diferentes zonas de partes de Phoenix, Arizona. Aunque el área en el que está disponible el servicio sigue siendo limitado, ofrece más flexibilidad para desplazarse en según qué trayectos.
A medio plazo, las máquinas y los humanos tendrán que convivir en las carreteras, y en algún momento las proporciones llegarán a equilibrarse. Durante este período es de esperar que surjan algunas dificultades, porque las máquinas tendrán que adaptarse a la imprevisibilidad de los conductores humanos. Por el contrario, los conductores humanos deberán aprender a coexistir con el comportamiento imprevisto de las máquinas. Muchos accidentes entre vehículos conducidos por humanos y vehículos autónomos son colisiones traseras que se producen debido a que el conductor humano no respeta la distancia de seguridad con el vehículo autónomo que tiene delante, produciéndose el alcance al detenerse inesperadamente este último. Esto a veces sucede porque los vehículos autónomos carecen del sentido común para determinar si lo que detectan como un obstáculo en la carretera supone un peligro o no, con lo que reaccionan de manera exagerada deteniéndose súbitamente.
A largo plazo, a medida que la infraestructura 5G vaya estando disponible, cabe esperar que las vías vayan haciéndose más accesibles para los vehículos que incorporen dispositivos capaces de intercambiar información con los sensores desplegados en los márgenes de las carreteras. Y las mejoras en términos de seguridad permitirá, probablemente, comenzar a utilizar compuestos más ligeros para fabricar los automóviles totalmente autónomos. A medida que la conducción autónoma vaya ganando terreno, es probable que también se vaya reduciendo la cantidad de automóviles en circulación. Así, los usuarios de automóviles totalmente autónomos probablemente optarán por pagar por el uso de un automóvil en lugar de hacerlo por su propiedad exclusiva. Se trata de una modalidad de uso que ya es muy habitual hoy en día en el consumo de contenidos audiovisuales. Por ejemplo, muchos aficionados a la música ahora se suscriben a servicios como Spotify en lugar de comprar discos de vinilo o CD que requieren un espacio físico para su almacenamiento. De la misma manera, es probable que con el tiempo disponer de un automóvil en propiedad vaya haciéndose menos común, a medida que vaya incrementándose la facilidad y la rapidez a la hora de acceder a servicios de taxi. Y esto es probable que suceda cuando el vehículo totalmente autónomo sea una realidad, puesto que no dependería de la disponibilidad inmediata de los conductores humanos. Según el grupo de expertos RethinkX, en 2050 ya existirán diferentes flotas de automóviles autónomos, posiblemente controladas por los propios fabricantes de automóviles. Esto significa que en gran cantidad de zonas del planeta que en la actualidad se dedican a zonas de estacionamiento de automóviles, pasarán a estar disponibles para otros usos. En la actualidad, un automóvil particular es de uso exclusivo para su propietario. Esto implica que pasan aproximadamente el 97% del tiempo parados en garajes, aparcamientos o carreteras. Si nos atenemos a las proyecciones de crecimiento de la población mundial para los próximos años, la recuperación de terrenos para otros usos, además de las mejoras de seguridad descritas anteriormente en este artículo, serían dos grandes ventajas de las que disfrutaría la humanidad gracias al auge de la conducción autónoma.
Keith Darlington
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