Repercusiones psicológicas del uso de la IA

La inteligencia artificial (IA), que se ha integrado en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, desde los asistentes personales de nuestros ‘smartphones’ hasta los algoritmos en los que se basan las redes sociales, puede revolucionar nuestra forma de vivir y trabajar, pero también conlleva inconvenientes. Un motivo de preocupación, por ejemplo, son las posibles repercusiones psicológicas del uso de sistemas de IA. A medida que dependemos cada vez más de estas tecnologías, aumenta la preocupación de que puedan afectar negativamente a nuestra salud mental y bienestar, por lo que, en este artículo, exploramos las posibles repercusiones psicológicas del uso de sistemas de IA y analizaremos estrategias para minimizar estos riesgos.

Los posibles efectos psicológicos del uso de la IA:

• Ansiedad: Algunas personas pueden sentirse ansiosas al utilizar sistemas de IA porque no están seguras de cómo funciona el sistema o qué resultados cabe esperar: por ejemplo, al utilizar un sistema de reconocimiento de voz, una persona puede sentirse ansiosa si no está segura de si el sistema está captando sus palabras correctamente.
• Adicción: El uso excesivo de la tecnología, incluidos los sistemas de IA, puede conducir a conductas que obedecen a una adicción, en las que una persona comprueba constantemente sus dispositivos o utiliza aplicaciones basadas en IA de forma compulsiva. Esto puede interferir en otros aspectos de su vida, como el trabajo o las relaciones sociales.
• Aislamiento social: Las personas que pasan mucho tiempo interactuando con sistemas de IA pueden aislarse socialmente, ya que pueden dedicar menos tiempo a relacionarse con los demás de forma presencial, lo que puede conducir a su vez a una menor sensación de comunidad o conexión con los demás.
• Depresión: Algunas personas pueden sentir depresión o impotencia al interactuar con sistemas de IA que perciben como más capaces que ellos. Si alguien utiliza un asistente personal basado en IA, por ejemplo, puede sentirse postergado si el sistema es mejor que él al realizar tareas.
• Paranoia: La preocupación por la seguridad de los sistemas de IA, así como el temor a que la IA sustituya a los humanos en la toma de decisiones, puede llevar a pensar de forma paranoica, sobre todo en casos en que los sistemas de IA se utilizan para controlar sistemas físicos, como vehículos autónomos o sistemas de armamento.

Aunque es importante ser consciente de los riesgos potenciales asociados al uso de la tecnología y tomar medidas para mitigarlos en lo posible, también es importante tener en cuenta que no todo el mundo experimentará estos impactos psicológicos negativos al utilizar sistemas de IA, y muchas personas consideran que la IA es útil y beneficiosa.

Hay varias medidas que puedes tomar para minimizar los posibles efectos psicológicos negativos del uso de sistemas de IA:

• Establecer límites: Fíjate límites claros para tu uso de los sistemas de IA y limita tu exposición a ellos para ayudar a prevenir la adicción y reducir los sentimientos de ansiedad o depresión.
• Manténte al día: Manténte al día de los últimos avances en IA para comprender cómo funciona, lo que te ayudará a reducir los sentimientos de impotencia o paranoia y aumentar tu confianza en estos sistemas.
• Busca apoyo: Si te sientes ansioso o estresado al utilizar sistemas de IA, habla con un amigo de confianza, un familiar o un profesional de la salud mental que pueda proporcionarte apoyo y ayudarte a superar tus sentimientos.
• Utiliza la IA de forma responsable: Cuando utilices la IA, debes ser consciente de sus limitaciones y posibles sesgos, por lo que hay que evitar confiar únicamente en ella y buscar siempre múltiples fuentes a la hora de tomar decisiones importantes.
• Tómate descansos: Asegúrate de hacer pausas periódicas en el uso de los sistemas de IA y dedica tiempo a actividades que fomenten la relajación y la conexión social para reducir la sensación de aislamiento y prevenir la adicción.
• Promueve el uso ético de la IA: Apoya los esfuerzos para garantizar que los sistemas de IA se desarrollen y desplieguen de forma ética, con garantías para proteger la privacidad, la autonomía y otros valores importantes.

Al seguir estos pasos, ayudas a garantizar que tu uso de los sistemas de IA sea positivo y no tenga repercusiones psicológicas negativas.

Ejemplos de efectos psicológicos del uso de la IA:

• Vídeos ‘deepfake’ generados por IA: Los ‘deepfake’ son vídeos que, mediante el uso de IA para manipular o sustituir la imagen o la voz de un individuo, pueden utilizarse para difundir información falsa o contenido malicioso, por lo que pueden tener un grave impacto psicológico en la persona suplantada.
• Algoritmos de redes sociales: Las redes sociales utilizan algoritmos de inteligencia artificial para personalizar la experiencia de los usuarios mostrándoles contenidos que les pueden interesar. Pero esto puede crear «cámaras de eco» en las que los usuarios sólo ven contenidos que coinciden con sus puntos de vista, lo que conduce a acentuar sus sesgos y puede aumentar la polarización política.
• Automatización del trabajo: La automatización impulsada por la IA puede provocar la pérdida de puestos de trabajo o cambios significativos en las funciones y responsabilidades laborales, lo que a su vez puede generar ansiedad entre empleados que temen perder su empleo o tener que aprender nuevas habilidades.
• Sesgo en los algoritmos basados en IA: Los algoritmos de IA pueden perpetuar los prejuicios y la discriminación, sobre todo en ámbitos como la justicia penal o la contratación laboral, lo que puede perjudicar a grupos marginados y provocar sentimientos de injusticia.
• Dependencia de la IA: A medida que las personas dependen cada vez más de herramientas y dispositivos basados en IA, pueden experimentar ansiedad cuando no pueden acceder o utilizar estas herramientas.
• Vigilancia y privacidad: Las herramientas de vigilancia basadas en IA, como la tecnología de reconocimiento facial, pueden vulnerar el derecho a la intimidad y crear una sensación de inquietud o paranoia en las personas que se sienten vigiladas.
• ‘Bots’ de salud mental: Los ‘bots’ de IA diseñados para proporcionar apoyo y orientación en salud mental pueden ser útiles para algunas personas, pero también pueden provocar sentimientos de aislamiento y desconexión si los usuarios sienten que no están recibiendo un apoyo personalizado o empático.
• Adicción a la tecnología: Con la presencia creciente de dispositivos impulsados por IA, las personas pueden volverse adictas a la tecnología, lo que provoca ansiedad, depresión y trastornos del sueño.
• Asistentes virtuales: Los asistentes virtuales, como Siri o Alexa, pueden crear una sensación de dependencia y dificultar las interacciones sociales en la vida real.
• Videojuegos y realidad virtual: Los videojuegos y las experiencias de realidad virtual impulsados por IA pueden crear una sensación de inmersión y evasión, que a su vez puede conducir a la adicción y al distanciamiento de las experiencias de la vida real.

La responsabilidad sobre las repercusiones psicológicas del uso de la IA recae en distintas personas y entidades, entre ellas:

• Desarrolladores de IA: Los desarrolladores de sistemas de IA son responsables de garantizar que sus sistemas se diseñan y programan de forma que se minimice cualquier impacto psicológico negativo en los usuarios, lo que incluye tener en cuenta factores como la transparencia, la privacidad y la fiabilidad.
• Empleadores: Los empresarios que utilizan la IA en el lugar de trabajo tienen la responsabilidad de garantizar que sus empleados no se vean afectados negativamente por el uso de la IAI, prestando formación y apoyo para ayudar a los empleados a adaptarse a trabajar con la IA y vigilando cualquier impacto psicológico negativo.
• Reguladores: Las administraciones públicas y otros organismos reguladores tienen la responsabilidad de garantizar que el uso de la IA no tenga repercusiones psicológicas negativas en las personas, estableciendo normas para el diseño, desarrollo y uso de la IA.
• Sociedad: Por último, la sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad de ser consciente de las repercusiones psicológicas de la IA y garantizar que se tenga en cuenta el bienestar de las personas, participando en el debate público sobre el uso adecuado de esta tecnología, así como defendiendo políticas que protejan los derechos y el bienestar de las personas afectadas.

• En general, las repercusiones psicológicas de la IA son complejas y polifacéticas, y se necesita más investigación para comprender plenamente sus efectos.

Ahmed Banafa, autor de los libros:

Secure and Smart Internet of Things (IoT) Using Blockchain and AI

Blockchain Technology and Applications

Quantum Computing